
Campaña de consumo de leche en México
noviembre 3, 2023
Por Méndez Soto Elizabeth, Rivera González Ana Isabel,
Rodríguez Villanueva Laura Daniela, Salinas Ocampo Carlos
Alberto, Zanella Quintanar Jorge Antonio.
Diversos tipos de parásitos pueden afectar al ganado, incluyendo nematodos, trematodos, cestodos y coccidios. Entre todos los parásitos mencionados, los más relevantes son los helmintos, los cuales se dividen en nematodos (gusanos redondos) y platelmintos (gusanos planos). La mayoría de estos helmintos se ubican en el tracto digestivo del ganado, generalmente asociados con infestaciones subclínicas, aunque ocasionalmente pueden provocar mortalidad directa en los animales afectados (Almeida, 2023).
La producción ganadera desempeña un papel crucial en la economía mexicana, situándose como el 7° país a nivel mundial en la producción de ganado (Strydom, et al., 2023). A pesar de esto, las infestaciones parasitarias persisten como un factor de alto impacto que afecta al comportamiento y la eficiencia alimentaria del ganado, además de generar un efecto inmunosupresor debido al constante estrés. De acuerdo a un estudio sobre el impacto económico de los nematodos gastrointestinales en bovinos de México, se reportan pérdidas económicas de $445.10 millones de dólares (Rodríguez-Vivas et al., 2017).
Según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) (2022), los principales grupos de antihelmínticos de amplio espectro disponibles para su uso en ganado son: benzimidazoles, imidazotiazoles y lactonas macrocíclicas.
La prevalencia de parásitos internos y externos en el ganado se ve favorecida por los climas cálidos, húmedos y subhúmedos en las latitudes tropicales y subtropicales. Además, se suma el desafío de la resistencia a los parasiticidas, la cual se define como la disminución en la susceptibilidad ante una dosis de un fármaco que eliminaría la mayor parte de los parásitos (Cuadro 1). Este fenómeno se presenta con mayor frecuencia en pequeños rumiantes, como ovinos y caprinos. En México se ha notificado la presencia de resistencia antihelmíntica en rebaños ovinos de Tabasco, Chiapas, Yucatán, Campeche, Tlaxcala, Puebla, y Veracruz, alcanzando también el problema a bovinos (Reyes et al., 2021), especie en la cual, Encalada Mena, et al. (2008) publicaron el primer informe en México sobre la presencia de nemátodos gastrointestinales resistentes a ivermectina.

Las estrategias actuales consisten en usar diferentes productos y métodos de control, debido a que el desarrollo de nuevas moléculas activas es un proceso largo y costoso. Se deben emplear los recursos disponibles ideando tácticas para extender la eficacia temporal de los antihelmínticos actuales y de los que están por desarrollarse. Se propone como estrategias principales mejorar la resistencia del ganado frente a los nematodos intestinales y disminuir su presencia tanto en el entorno como en el hospedante (Ortiz et al., 2022). Es fundamental rotar el lugar de pastoreo de manera regular como una estrategia simple para mejorar la respuesta de los hospedantes. En estudios realizados en el año 2021 por Reyes et al., se demostró que esta estrategia es eficiente para disminuir la carga parasitaria en las heces evitando la proliferación del parásito. Una mejor nutrición aumenta la resiliencia y la resistencia de los rumiantes frente a los nematodos gastrointestinales, pues la calidad y cantidad de macro y micronutrientes en la dieta, fortalecen el sistema inmune (Ortiz et al., 2022).
La selección genética de ganado resistente es otra estrategia de manejo; la evaluación y selección de razas o cruces se hace de acuerdo al perfil genético de animales resistentes contra algún nematodo relevante en la zona (Reyes et al., 2021). El uso de tecnologías sustentables como control biológico debería ser considerado. Las partículas de óxido de cobre administradas vía oral presentan efectos antihelmínticos al liberar iones de cobre en el abomaso. Su uso ha sido limitado debido al riesgo por la bioacumulación de cobre en el hígado, llevando a una intoxicación (Medina, et al., 2014).
Recientemente, en México se ha estudiado el uso de plantas, tales como Leucaena leucocephala (Lam.) de Wit y la familia de las Acacias, pues presentan metabolitos con efectos ovicidas y larvicidas. Otro acercamiento al control biológico se realiza mediante la suplementación del alimento con Duddingtonia flagrans, un hongo filamentoso que genera trampas con su micelio para atrapar y alimentarse de nemátodos (Reyes et al., 2021).
Además de un manejo adecuado del ganado, adaptado a cada unidad de producción, el uso de antihelmínticos de manera estratégica es necesaria para mantener la eficacia y la utilidad de los productos que actualmente se tienen en el mercado (Figura 1). Una acción esencial es aplicar dosis completas de acuerdo a las instrucciones del producto, ya que una subdosificación puede llevar a la generación de resistencia (OMSA, 2022). Es recomendable realizar una desparasitación selectiva de acuerdo con una estimación de carga parasitaria. Pueden utilizarse diferentes métodos de estimación, por ejemplo la medición de la condición corporal, exámenes coproparasitoscópicos o el método FAMACHA© (Faffa Malan Chart), en el que se correlaciona la coloración de la mucosa palpebral con la presencia de nematodos hematófagos. Según los resultados, únicamente los animales con alta carga parasitaria deben desparasitarse (Reyes et al., 2021; OMSA, 2022).


De manera general, se han utilizado combinaciones de productos antihelmínticos para mejorar su eficacia cuando se presenta resistencia a uno de ellos. Una alternativa es la combinación de dos antihelmínticos con diferente mecanismo de acción para retrasar la generación de resistencia (OMSA, 2022). Otra opción es la aplicación alternada en el tiempo de dos o más compuestos, a esto se le llama rotación antiparasitaria y se basa en que cada parásito solamente es expuesto a un principio activo a la vez. Esta estrategia ha funcionado con fármacos de corta persistencia, por ejemplo, los benzimidazoles, pero es diferente en el caso de lactonas macrocíclicas que presentan larga acción. Para estos casos, es recomendable rotar hacia un principio activo con diferente mecanismo de acción (Figura 2) (Organización Mundial para la Agricultura y la Alimentación (FAO), 2003).
En conclusión, la resistencia a los antihelmínticos es una preocupación creciente, especialmente en regiones cálidas y húmedas. Es necesaria una gestión integral entre autoridades, industria farmacéutica, veterinarios y productores para garantizar la salud del ganado y la producción sostenible (Cuadro 2). Las estrategias actuales incluyen el uso adecuado y responsable de los antihelmínticos para evitar la generación de resistencia. Además, se destaca la importancia de complementar con estrategias de manejo, tales como la nutrición, la selección genética y la exploración de tecnologías sustentables, como el control biológico con plantas y hongos.
